Todas en algún momento hemos visto a alguna pareja la cual vemos perfecta. Para unas pueden ser Chuck y Blair o Meredith y Derek, pero normalmente no nos damos cuenta de todo lo que está detrás de esas relaciones, lo que decidimos darle la vista gorda, el tipo de cosas que no necesariamente son “goals”.

Khloé Kardashian, es para mí el epítome de la mujer chingona hasta el día de hoy. Soy y siempre seré su fan. (Creo) Khloé se casó con Lamar Odom en el 2009, se casó después de un mes de haberlo conocido y convivido con él. No es algo que yo recomendaría, pero al final se encontraba sumamente feliz ante las cámaras y su matrimonio se convirtió en un nuevo reality show en E! llamado Khloé & Lamar, que mostraba lo amorosos que eran y cómo su relación era una de envidiar.

Años después, comenzaron a surgir rumores de que en realidad no eran la pareja perfecta que todos creían. Hubo especulaciones de que Lamar le había sido infiel más de una vez. Y, a pesar de que aún no eran reconocidos sus problemas de adicción, fueron dados a la luz con el paso del tiempo.

En el programa, comenzaron finalmente a mostrar a una Khloé triste y desgastada. Era obvio que ella trataba con todas sus fuerzas de mantener a flote su matrimonio, y luchar por el hombre que amaba, a pesar de que le estuviera quitando su propia energía. Pero todos tenemos cierto punto al que finalmente podemos llegar.

En noviembre del 2013, un vídeo de Lamar rapeando sobre su uso de drogas y las veces que engañó a Khloé comienza a surgir en la red. Fue tanto el desgaste físico y emocional que esta persona le causaba, esta persona con la cual se había casado y amaba aún, que decidió al final hacer caso a su amor propio y poner distancia. Pidió el divorcio, y se alejó totalmente de él lo más que pudo, e incluso intentó conocer a nuevas personas y darse una oportunidad con alguien más (aunque, claro, aún amaba a esta persona tóxica).

Incluso, empezó a ir al gimnasio y se empezó a ver mejor que nunca, mejor que cuando se encontraba infelizmente casada.

A veces es difícil abrir los ojos cuando amas. Miento, siempre es difícil. Algunas personas consideran que el alejarte de una relación es “darte por vencida”, es que ya no le estás echando ganas, o que ya no le estás echando las suficientes, pero me pregunto si en verdad existe ser humano que valga la pena tanto sufrimiento.

Es muy común que olvidemos a quién le debemos la completa y total felicidad: a nosotros mismos. No nos damos cuenta de cuánto nos están dañando porque, lamentablemente, ya nos acostumbramos. Empiezas a evadir los problemas, ignoras el hecho de que te sientes pésima y que tus días ya no son como eran antes y esta persona, a la cual amas por sobre todas las cosas, en vez de ayudarte a elevarte, te hace venirte abajo y lo más triste es que te conformas con esta situación.

Es imposible avanzar viviendo anclado, y eso es algo que muchas mujeres no ven y no han logrado entender.

Pongo a Khloé Kardashian de ejemplo porque, a pesar de que trató lo más que pudo por alejarse, recientemente, ocurrió algo que la volvió a reunir con su aún esposo. Estuvo a punto de perder la vida por causa de una sobredosis, mientras se encontraba en un “brothel”, lo que en español significa una casa con prostitutas.

Yo considero que está bien estar junto a esa persona a la cual amabas o amas en un momento de necesidad. Por ejemplo, cuando se encuentra luchando por su vida. También creo que tener una amistad puede incluso ser opción, pero el hecho de que esta persona esté a punto de morir no es razón de volver con ella.

Muchos consideran que el hecho de que Khloé paró sus trámites de divorcio, es símbolo de que regresará con Lamar y volverían a tener ese matrimonio que todo mundo veía y adoraba, el matrimonio que se veía perfecto. Espero que solamente lo acompañe durante estos momentos, y después continúe con su vida. No hay que cegarnos: existen daños irreversibles causados por quien nos llegó a jurar amor eterno. Si son más las veces que te encuentras triste que feliz. Entonces, no estás viviendo de la manera en la que debes. A veces, de lejitos estamos mejor y lo más importante es to forgive, but never forget.

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